No podía ni imaginarme la profundidad del efecto que iba a tener la amistad con la señora Dolores Walters en los primeros años de la década 1980. Dolores fue una de los más celebredos criadores de schnautzer miniatura en aquella época. Ella me abrió las puertas al mundo tan excitado y maravilloso que es la vida de un criador de schnautzer miniatura. Todo comenzó en 1982. Quizá el comienzo fue mas por la casualidad que una decisión. Pero siempre ha sido mi deseo de desarrolar la raza en su estructura, caracter y pelo. Ya en 1984 el trabajo fue reconozido con el premio Vuolasvirta, que es el recinocimiento de kennel club de Finlandia para los criadores de cachorros de alta calidad. Hasta hoy he exportado cahorros a Russia, Suecia, Norwega, Hollanda, Belgica, Italia, Alemania, Hungria y Israel.
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